Aunque la enfermedad celiíaca no es hereditaria, existe una predisposición genética a padecerla ya que, según el jefe de servicio de Gastroenterología Pediátrica del Hospital Universitario HM Montepríncipe de Madrid, Alfonso Barrio, el hecho de tener familiares celíacos de primer grado (padres o hermanos) multiplica por 10 las posibilidades de que se sufra la enfermedad.
Por esta razón, cuando se confirma un nuevo caso, los expertos aconsejan estudiar a los familiares cercanos aunque no presenten los síntomas típicos de la enfermedad, los cuales en niños pequeños se caracterizan por diarrea crónica, pérdida de peso, apatía o carácter irritable, abdomen hinchado y desnutrición.
Asimismo, los niños mayores y los adultos suelen tener menos manifestaciones y más leves, como falta de hierro, pérdida de apetito, talla baja, dolor abdominal crónico, estreñimiento, llagas en la boca, dolores articulares, dermatitis herpetiforme, alteraciones del esmalte dentario, fracturas inexplicadas, manifestaciones neurológicas, menarquía retardada e intestino irritable.
"Además, es muy importante descartar esta enfermedad en situaciones en las que es mucho más frecuente, como es el caso de niños con Síndrome de Down o diabetes tipo I", ha apostillado Barrio.
Estas declaraciones han sido corroboradas por la coordinadora de Pediatría del Hospital Universitario HM Montepríncipe, Matilde Velasco, quien, además, ha destacado la importancia de acudir al médico en cuanto se perciba alguno de los síntomas antes citados, ya sea en una persona adulta o en sus hijos.
En el caso de acudir con un niño al pediatra, prosigue, y una vez descartadas otras enfermedades con la que comparte síntomas, éste les derivará al Servicio de Gastroenterología Pediátrica.
También, ante una sospecha de intolerancia al gluten, le indicará un análisis de sangre para determinar los anticuerpos propios de la celiaquía. Así, si el resultado es positivo o no existe otra explicación para los síntomas, se realizará una gastroscopia con biopsia duodenal que permitirá confirmar el diagnóstico. "En algunos casos, cabe la posibilidad de obviar la biopsia, cuando los síntomas son muy característicos, los marcadores aparecen muy elevados en dos muestras de sangre distintas y el estudio de genes de riesgo es positivo. Confirmado el diagnóstico, se estudiarán a los familiares de primer nivel en busca de aquellos portadores de genes de riesgo, y en caso positivo, se procederá a realizarles el resto de estudios", ha apostillado Barrio.
Una vez diagnosticada la enfermedad, muchos padres experimentan cierto temor e inseguridad al pensar en eliminar definitivamente el gluten de la dieta de sus hijos. Sin embargo, una vez lo han asumido y comienzan a implementar esta medida, el doctor Barrio ha asegurado que "todos" refieren que ha sido "más fácil" de lo que pensaban. Y es que, el hecho de que un niño sea celíaco afecta en mayor o menor medida a toda la familia. El resto de miembros deben ayudar al afectado a entender en qué consiste la enfermedad y las consecuencias que esta tendrá a lo largo de su vida. "Además, es importante no ocultar la enfermedad, e informar a todas las personas del entorno sobre las características de la misma", ha explicado Velasco.