El Consejo General de Farmacia ha elaborado el punto farmacológico nº 106 sobre la enfermedad celíaca; un punto que bajo el título genérico de “El papel del farmacéutico es de especial importancia en la detección de enfermos no diagnosticados, el asesoramiento dietético y farmacológico”.
En este colectivo quieren poner en valor la actuación del farmacéutico para determinar los posibles problemas relacionados con la medicación utilizada por los pacientes celíacos, según ha explicado la presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Almería, Pepita Ortega.
Datos obtenidos de Bot PLUS, la Base de Datos del Conocimiento Sanitario, indican que 780 medicamentos de los que existen actualmente en el mercado español, están sujetos a una restricción (precaución) o incluso contraindicación de uso en pacientes celíacos.
Entre las diferentes causas que determinan la precaución o contraindicación de uso se encuentra la presencia de determinados excipientes en la forma farmacéutica que contienen cantidades significativas de gluten o para los que no puede excluirse el riesgo de tal presencia; fármacos que potencian la malabsorción de determinados nutrientes.
Por ejemplo, la vitamina B12 (cobalaminas) requiere un pH ácido para su absorción digestiva; por ello, el uso continuado de antiácidos o antisecretores gástricos (ranitidina, omeprazol, etc.) podría provocar cuadros de hipovitaminosis B12, a los que son particularmente sensibles los pacientes celíacos (anemia, osteoporosis, etc.).
También fármacos que potencian la hipocalcemia, como los bisfofonatos y con propiedades antivitamínicas, como las sulfamidas y el ácido fólico, etc.
Bot PLUS, en el apartado de Alimentos modificados, recoge también ciertos productos dietéticos específicamente confeccionados para su uso por pacientes celíacos.