En el suroeste de la península ibérica, en Extremadura, a los pies de sierras, entre dehesas, en el término municipal de Salvaleón, se encuentran las instalaciones de MontePorrino, enclavadas en plena naturaleza. Cien años de experiencia hacen de esta marca agroalimentaria una firma bien definida que mimetiza naturaleza, especies autóctonas, hombre e industria.
Definida por un equipo humano compuesto por socios ganaderos e industriales, que son los encargados de intervenir en todo el proceso de producción de origen a fin, la compañía perfila una herencia centenaria de productos cárnicos únicos y exclusivos, y caracterizados por no poseer gluten entre sus ingredientes, lo que les hace aptos para celíacos.
El origen de toda la exclusiva gama de productos de MontePorrino es el cerdo ibérico; animal rústico de raza autóctona que habita únicamente en el suroeste peninsular, y que se caracteriza del resto por sus patas de caña fina, sus orejas caídas y su peculiar hocico alargado.
Curioso, desconfiado y esquivo a partes iguales, este animal vive en armonía con otras especies en un paraíso aprovechado y aprovechable que, moldeado por el hombre, se transforma en un simbiosis entre el individuo y la naturaleza para ofrecernos lo mejor de la dehesa.
MontePorrino, en su sintonía con el medio ambiente y el bienestar, fábrica productos saludables, naturales, con una curación lenta, consiguiendo elaborar jamones, paletas y lomos además una gama de embutidos ibéricos de muy alta calidad y con un marcado carácter artesanal.
Siendo pioneros en la elaboración de todos sus embutidos sin gluten y sin lactosa; aprovechan toda esta sapiencia heredada haciendo que esté presente en los lugares más exigentes tanto de España como de muchos países de Europa.