El trigo puede provocar, además de celiaquía, rinitis, crisis asmática o histaminosis alimentaria, según ha informado el alergólogo e inmunólogo de la Unidad SHC Medical del Hospital Viamed Santa Ángela de la Cruz de Sevilla,
En los últimos años han crecido los casos de intolerancia y alergia al Trigo en un 1,49 %, y este aumento puede provocar, además de celiaquía, rinitis, crisis asmática o histaminosis alimentaria. De hecho, actualmente un 2 % de la población desarrolla alergia al trigo y se sospecha que un 40 % de personas tienen intolerancia al mismo.
Los síntomas de la intolerancia al trigo se pueden confundir con la enfermedad celíaca, pero dan negativo en los test de sangre y en la biopsia y, sin embargo, al retirarles el trigo de la dieta mejoran las molestias.
Por un lado, hay personas que desarrollan una alergia a los cereales, por ejemplo, la alergia al trigo. Estos pacientes, en contacto con el trigo, experimentan rinitis, urticaria o crisis de asma. "Es el típico caso de panaderos que se hacen alérgicos a las harinas de trigo y en el medio laboral desarrollan un asma ocupacional", ha explicado Cáceres.
Por otra parte, está la intolerancia al gluten o enfermedad celiaca, donde el sistema inmunológico del paciente desarrolla unos anticuerpos IgA frente a las proteínas del gluten, que está presente en varios tipos de cereales, sobre todo, en el trigo, centeno, avena y cebada. En este sentido, según la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE), se estima que más de 450.000 personas pueden estar padeciéndola actualmente.
La mayor cantidad de pacientes afectados por este "mal" (se sospecha que ronda un 40 %) lo es a la intolerancia al trigo por mecanismos inmunológicos celulares o la conocida como histaminosis alimentaria. Estos pacientes cuando ingieren dicho alimento, al desarrollar una sensibilización a las proteínas del trigo, se ponen en marcha mecanismos inmunológicos celulares que provocan al final de todo el proceso la liberación de sustancias inmunológicas inflamatorias como, por ejemplo, la histamina.
Esto puede provocar dolores de cabeza, síntomas digestivos, dolores musculares o cansancio, entre otros. "Cada vez hay más personas diagnosticadas de celiaquía que en realidad no lo son, que simplemente les sienta mal el trigo y al dejarlo de comer mejoran. Se está confundiendo en estos casos la celiaquía con la intolerancia al trigo", ha aseverado el experto, para recordar que "esta intolerancia se puede curar y se trataría con dieta terapéutica de exclusión, mientras que la alergia y la celiaquía, en principio, no se pueden curar".