Un estudio realizado por la Autoridad Reguladora de Productos Sanitarios de Irlanda (HPRA), defiende que los tests o kits para detectar intolerancias alimentarias en casa, no tienen aval científico y no diagnostican la intolerancia a determinados alimentos, sino que únicamente detectan la exposición previa a un alimento. Por este motivo, no aprueba en aquel país la venta de este tipo de dispositivos considerando que pueden ser peligrosos para los usuarios. V

La HPRA ha emitido un comunicado advirtiendo a los consumidores que eviten considerar los resultados de estas pruebas como válidas sin contar con el asesoramiento de médicos o dietistas. Esta agencia ha realizado una revisión de estos kits para analizar su validez debido a la preocupación que ha generado su proliferación en el mercado durante los últimos años, concluyendo que no se debe confiar en los resultados que arrojan, y afirmando que si una persona cree que tiene problemas alimentarios debe consultar con un profesional sanitario y seguir sus consejos y pautas para determinar si un determinado alimento puede provocar hipersensibilidad, intolerancia, etc.

Basarse en los resultados de estas pruebas podría conducir a un diagnóstico erróneo, según este organismo, lo que llevaría a eliminar de la dieta alimentos que pueden aportar nutrientes importantes para el organismo sin motivo alguno, y por tanto, derivar en deficiencias nutricionales, especialmente en las poblaciones más vulnerables.

Si este tipo de pruebas se realizan a los niños y se siguen sus recomendaciones, pueden tener importantes consecuencias para su desarrollo y salud. En la revisión científica que ha realizado la Autoridad Reguladora de Productos Sanitarios de Irlanda, se incluyeron kits de pruebas comunes que se realizan en el país a partir de una muestra de sangre. La revisión descubrió que este tipo de pruebas no diagnostican la intolerancia a determinados alimentos, sino que detectan la exposición previa a un alimento, por lo que se puede utilizar para detectar qué tipos de alimentos ha comido una persona, pero en ningún caso significa que exista intolerancia.

El estudio cita como ejemplo, que cada vez hay más personas que siguen una dieta libre de gluten a pesar de no ser celíacos (algunos por haberse realizado este tipo de pruebas), lo que puede provocar déficit de nutrientes que derivan en problemas como la atrofia vellositaria parcial u otro tipo de lesiones menores. Además, recientes investigaciones han demostrado que evitar el gluten innecesariamente puede ser perjudicial para el corazón

La agencia, que ha consultado a distintas partes interesadas, como la Sociedad Farmacéutica de Irlanda, la Unión Farmacéutica Irlandesa, la Red Alérgica de Alimentos de Irlanda, así como a otros expertos en la materia antes de emitir su veredicto, hace hincapié en la necesidad de diferenciar entre una intolerancia alimentaria y una alergia alimentaria, destacando que las pruebas de intolerancia alimentaria no tienen ningún papel en el diagnóstico de una alergia alimentaria.

Aunque la noticia proviene de Irlanda, los resultados y recomendaciones se pueden trasladar a cualquier país, y en el caso de España,  expertos de la Asociación Española de Pediatría, así como profesionales de la dietética y la nutrición, se oponen a este tipo de pruebas caseras porque afirman que dan falsos negativos y falsos positivos.

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