Casi un centenar de niños participan en el Veranuco, una iniciativa del Ayuntamiento de Santander enmarcada en los Baños de Ola, donde los más pequeños aprenderán, entre otras actividades, y a lo largo de toda una semana, a desayunar de forma sana y variada. El objetivo es promover entre los más pequeños determinados hábitos alimenticios saludables para esquivar los cada vez más comunes desequilibrios nutricionales de la juventud, entre los que se encuentra la enfermedad celíaca.
El concejal de Sanidad y Salud, Antonio Gómez, aprovechó la ocasión para recordar a los muchachos que "el 25 por ciento de la energía" procede de la primera comida del día; al tiempo que la presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Cantabria, Marta Fernández-Teijeiro, recitaba las claves para evitar problemas de obesidad: "Desayunar como reyes, comer como príncipes y cenar como mendigos".
Además de promover la dieta mediterránea con menús ricos en frutas, verduras, cereales y agua, se aconsejó a padres y niños evitar la bollería, los refrescos carbonatados, los productos lácteos y los cárnicos, más fáciles de preparar pero con un alto contenido calórico. Los farmacéuticos se especialmente cuidadosos con los pequeños que presentaban necesidades nutricionales especiales, tanto celíacos como diabéticos e intolerantes a la lactosa.
La concejala de Turismo, Gema Igual, destacó por su parte que los Desayunos saludables han cumplido ya cuatro ediciones y son "una de las actividades más animadas", gracias al protagonismo que se ofrece a los niños, que se han hecho "su hueco" en el programa de los Baños de Ola.
En la parte más didáctica destacaron los consejos ofrecidos por la farmacéutica Luisa Fernández, que se encargó de dar la charla a los pequeños de entre 7 y 12 años, a quienes informó debidamente de que un desayuno adecuado debe contener una variedad de alimentos que incluyan los nutrientes esenciales: un lácteo (leche, yogur o queso), un cereal (galletas, pan o copos), una grasa (aceite de oliva o mantequilla), una pieza de fruta, o en su defecto un zumo, así como mermelada, miel o algún fiambre. Una buena manera de empezar el día para vivir el veranuco como auténticos reyes.