Generalmente, los alimentos que llegan procedentes de las campañas de ayuda internacional a los diversos campamentos de refugiados repartidos por el mundo, no son aptos para celíacos. Sin embargo, en el caso de los campamentos de saharahuis, la cosa es bien distinta, ya que desde hace más de una década la Asociación de Celíacos de Extremadura envía productos sin gluten que se complementan allí con la entrega de otros frescos, y presta apoyo sanitario a los afectados.
Este año, y gracias a la ayuda concedida por el Ayuntamiento de Badajoz, la organización de celíacos extremeña ha dado un paso más y ha anunciado que se realizarán pruebas analíticas entre los refugiados para detectar y controlar a quienes padecen esta enfermedad, además de formar a las enfermeras que deberán atenderlos.
Por otra parte, el colectivo tiene otros proyectos como la puesta en funcionamiento de hornos donde los jóvenes con celiaquía pueden elaborar su pan y formarse en un oficio.