Un nuevo producto está revolucionando el mundo de los celíacos latinoamericanos, se trata de la chía, originaria de Centroamérica, cuyo nombre científico es "salvia hispánica", y que parte de una planta de la familia de las labiadas. A esta familia pertenecen algunas de las plantas aromáticas de mayor uso culinario y medicinal, como la menta, el romero, el tomillo, el orégano, la salvia o la albahaca, entre otras.  Generalmente lo que más se consume son las semillas de chía, pero también podemos encontrarla triturada, como si fuera harina pero sin gluten, lo que permite incorporarla a diversas preparaciones aptas para celíacos.  La popularidad que ha alcanzado la chía en los últimos tiempos, y que ya ha empezado a llegar a España, se debe a que es un alimento rico en nutrientes, destacándose entre ellos un alto contenido en Omega 3, que es uno de los principales aceites naturales que ayudan a reducir el colesterol y los triglicéridos. Las semillas de chía se posicionan como aliadas de la dieta diaria, ya que contienen vitamina B, calcio, potasio, zinc, cobre, son muy ricas en fibra y contienen aproximadamente un 60 % de ácido linolénico (omega 3), fundamental para lograr un normal desarrollo metabólico.

Su incorporación a la dieta diaria es fácil, ya que su sabor es neutro y permite incluirla en todo tipo de comidas. Se pueden consumir como cualquier tipo de semillas, en forma directa o agregada a leche, yogur, helados, gelatinas, zumos naturales, salsas, sopas, cereales... etc, y además, la chía triturada permite elaborar masas para panificados dulces y salados de todo tipo, con alto contenido de fibras, y libre de gluten.

En este contexto, las personas con celiaquía encuentran en la chía otro ingrediente más para añadir y enriquecer sus preparaciones, ya que en la composición química de la elaboración de la chía triturada no se utiliza gluten.

Productos