Manolo Bakes, el grupo que está detrás de los irresistibles minicruasanes "manolitos", que tiene planeadas aperturas en varias ciudades que sumen establecimientos a los 27 que ya tiene en todo el territorio nacional, quiere incluir dentro de la familia de "adictos a los manolitos" al colectivo celíaco o intolerante al glúten.
De esta manera, la compañía acaba de lanzar una nueva línea de manolitos y palmitas sin gluten; que se presentan en sus famosas cajas protegidos y envueltos, para preservarlos libres de cualquier traza y así asegurar que no se pueden contaminar, garantizando la salud de este tipo de clientes.
El sabor y textura de estos bollitos son inconfundibles, por lo que no ha sido fácil llegar a conseguirlo sin usar harina de trigo. En este sentido, José Antonio del Castillo, director general de Manolo Bakes, ha explicado que "se trata un proyecto que teníamos en mente desde hace mucho tiempo y, aunque no ha sido fácil, estamos muy contentos con el resultado. Desde el principio quisimos involucrar en el proceso de desarrollo a un grupo de celíacos que han podido contribuir con su opinión y valoración en diferentes catas, hasta dar con la fórmula perfecta. Nos hemos esforzado mucho en igualar al máximo el sabor, la forma y la textura de nuestros Manolitos y Palmitas y la verdad es que la acogida está siendo muy buena".
Los manolitos nacieron hace más de 30 años en una pequeña pastelería de Colmenar Viejo que regentaba la familia Manzano. Su éxito fue tal que cada vez acudía más gente a una de las cuatro pastelerías que terminaron teniendo sus propietarios en esta localidad o en la vecina Tres Cantos, donde iniciaron su expansión.
El nombre, que surgió de forma popular por el empujón que les dió Manolo, nieto del fundador, lo registraron en 2012, y en 2015 daban el salto a la capital madrileña. Sin embargo, el crecimiento exponencial llegó en 2017, cuando los propietarios de Pastelerías Manolo,se unieron con los fundadores de la marca Crosantino, un negocio similar que había surgido tratando de realizar un producto parecido, con capital inversor del jugador de fútbol Álvaro Morata y su familia, que crearon la marca Manolo Blakes.
Este salto no solo dotó de un nuevo paraguas comercial a los manolitos, sino que además les ha permitido crecer al aumentar el número de obradores, de forma que ya no salen todos de Colmenar, aunque en cada lugar de producción se sigue la misma fórmula que en su día provocó el efecto llamada a esta localidad.
Aunque corre por ahí una leyenda urbana que asegura que los manolitos nacieron de de forma casual, al echar Manolo más cantidad de mantequilla en el producto por error, su consejero delegado Pablo Nuño lo desmiente afirmando que "esa historia es un bulo que se ha ido propagando. Muy pocas marcas estarían dispuestas a pagar por coste de producto lo que nosotros asumimos. La mantequilla es impresionante, de las mejores del mundo. No llevan muchísimo azúcar a pesar de lo que la gente cree, y controlamos mucho el tema de humedades, la cocción, tiempos de fermentación. Ese es el secreto de nuestro éxito".
La marca trabaja con operadores de delivery como Glovo, Just Eat o Deliveroo.