El Otoño es tiempo de castañas, un superalimento sin gluten repleto de nutrientes que contribuye a fortalecer las defensas, y que constituyen un manjar cargado de energía, ya sean crudas, asadas o cocidas.
La castaña es el fruto del castaño, un árbol propio del hemisferio norte que desde la antigüedad ha sido un alimento esencial en épocas de hambruna, cuando su harina se utilizaba para hacer pan como sustituta de las harinas de cereales. Hoy en día, su harina libre de gluten, es una alternativa ideal en la preparación de alimentos para celíacos.
Con esta harina se pueden hacer bizcochos, pasta, pan y postres como flanes o cremas pasteleras, y todos ellos sin nada de gluten, por lo que serán aptos para celíacos.
La única parte negativa es que las castañas engordan un poco porque tienen mucha azúcar, y además aportan menos calorías que otros frutos secos. En cambio, son muy saciantes, porque poseen mucha fibra.
De esta manera, se puede decir que el consumo habitual de castañas en esta época no solo es compatible, sino también recomendable en dietas de adelgazamiento, de forma que tres o cuatro castañas son suficientes para saciarte y para beneficiarte de sus propiedades, que son muchas.
Por ejemplo, son la mitad de calóricas que las almendras o las nueces, pero mucho más saciantes, con lo cual es difícil comer tantas como para que se refleje en la báscula.
El hecho de que sus carbohidratos sean complejos, hace que se tarde más en digerirlas y te sacien más, por lo que pese a su alto contenido en azúcar, son recomendables tanto para personas que padecen diabetes como para quienes siguen una dieta de adelgazamiento.
Así las cosas, una docena de castañas asadas, por ejemplo, aportan 167 calorías, un 10 % más de hidratos que la pasta o el arroz y una sexta parte de la fibra necesaria al día.
Entre los puntos fuertes de las castañas destaca su contenido en inulina, una fibra prebiótica que alimenta la microbiota intestinal, y que ayuda a mejorar la absorción del calcio y del magnesio, dos minerales que refuerzan los huesos. De esta manera, si se hierven castañas en leche y se prepara un puré con ellas, se consigue una crema deliciosa llena de alimento para tus huesos.
Por otra parte, aporta más ácido fólico que cualquier otro fruto seco, lo cual la hace muy recomendable para embarazadas, niños y adolescentes en edad de crecimiento.
Además, la castaña sobresale también por su aporte en vitamina C y en manganeso, ambos elementos importantes para reforzar las defensas; de manera que en 100 gramos de castañas se puede encontrar la misma cantidad de vitamina C que en 100 gramos de naranja; mientras que el manganeso, es un mineral que aporta energía y resulta esencial para el sistema inmunitario.
Por último, según los expertos, su alto contenido en vitaminas del grupo B y en hidratos, favorece el bienestar emocional, lo cual viene a redondear los beneficios de este superalimento apto para celíacos.