autismoCierto tipo de dietas sin glúten y sin caseína podrían ayudar a mejorar la condición de los niños afectados con Autismo. Son muchas las esperanzas que algunos tienen con este tipo de dietas para tratar el autismo, pero existe un problema relacionado con este asunto, y es que los falsos positivos del autismo en ocasiones funciona como una especie de cajón de sastre.

Algunos niños son diagnosticados como autistas y finalmente acaban teniendo otras patologías. Algunos especialistas destacan el caso de un niño que hace muchos años fue diagnosticado como autista, cuando no lo era. Este niño asistió hasta los nueve años a un colegio para autistas; y sin embargo, a esa edad, le realizaron una prueba y descubrieron que en realidad tenía Fenilcetonuria. Por desgracia, ya era demasiado tarde para tratarle adecuadamente esta condición.

Hoy en día en España se realiza la prueba del talón que permite detectar esta condición a tiempo; con lo que con una dieta adecuada, los niños se desarrollan sin problemas. En relación con esta situación, desde hace tiempo hay quien afirma que la dieta sin gluten y sin caseina puede mejorar sensiblemente el autismo, o incluso erradicarlo del todo.

Un reciente estudio elaborado por dos investigadoras norteamericanas de la Universidad de Rochester, parece desmentir esta hipótesis. El estudio es el más riguroso hecho hasta la fecha sobre el asunto; y lo que ha tratado de averiguar es, precisamente, si eliminando el gluten y la caseína de la dieta, niños diagnosticados como autistas (pero no celíacos), mejoraban en alguno de los indicadores que se utilizan para medir el autismo.

El estudio está muy bien diseñado, tratando de aislar lo máximo posible otras variables distintas a la dieta, como medicamentos o tratamientos específicos. Lo que hacían era introducir gluten o caseína a través de preparados y placebos (galletas), indistinguibles entre si, de forma que ni los padres ni los propios niños sabían si estaban comiendo un producto con gluten o caseína, o sin él.

Después de las comidas, se hacían tests que medían la repuesta del niño, sin que se encontraran mejoras significativas, ni en los aspectos específicos del autismo, ni en otros comunes con el resto de niños, como patrones de sueño.

Investigación