caferioAcaba de abrir sus puertas en Madrid el Café del Río, ubicado frente al Huerto de la Partida, en el nuevo y emblemático parque Madrid Río, sobre la M-30. Su construcción, tras una concesión a 45 años del Ayuntamiento de la capital a la empresa Casa Remigio, desató las críticas de los ecologistas, que denunciaban su impacto visual y su situación en una zona protegida sobre lo que fue el cauce del entubado del Arroyo Meaques.

El extenso acristalamiento y el color gris del exterior de de este restaurante-terraza, similar al del mobiliario de Madrid-Río, confiere al local cierta integración en el espacio. La decoración, llevada a cabo por el interiorista Miguel García Caridad, ha tratado de ser respetuosa con la joya verde de Madrid.

Maderas, telas de chenilla, y muchas plantas aromáticas, como romero y hierbabuena, trufan el establecimiento, dividido entre la planta principal y una espectacular terraza con vistas privilegiadas al Madrid de los Austrias.

Aunque la inauguración oficial será el 9 de mayo, el bar-restaurante ya está abierto al público. Sin ningún tipo de publicidad, «el primer día ya tuvimos bastantes clientes», ha señalado Juan Ramos, administrador de Casa Remigio y socio de la empresa junto a Pepe Blanco y Luis Cabrera.

Sin duda, la oferta de un menú del día de 10,50 euros, tan barato como cualquier otro establecimiento de Madrid, ha sido un canto de sirena para los clientes. «Estamos dando ya unos 150 menús al día», precisa el empresario. En carta, el ticket medio es de 15-22 euros y del menú destacan sobre todo los arroces (paellas valencianas o arroces caldosos y negros de entre 14 y 16 euros).

El chef del local, Guillermo Carrión, ha trabajado en el restaurante del Ritz y en la cadena La Máquina. La completa carta, donde destacan una serie de productos elaborados sin gluten, se complementa con ensaladas, frituras (pitxin, boquerones, rabas), mejillones a la gallega o al vapor, pasta, pescados, carnes, tostas, sándwiches, además de las clásicas raciones y medias raciones.

La joya del restaurante, que abre de 11 a 2 de la mañana, es su terraza, con espacio para cerca de 80 comensales: un pequeño «jardín» con mobiliario de tela de ratán, como si estuviéramos en una casa de campo y plantas que separan las mesas.

Los empresarios instalarán en breve una carpa de sunbrella, un material superesistente traído de Miami, sobre ocho pilares integrados con velas, pulverizadores de agua y calefactores, además de altavoces por «donde sonará música ambiente» a bajo volumen, principalmente música chill-out.

Se trata pues, de un espacio único, con vistas al Palacio Real y la Catedral de la Almudena y al inicio de la Casa de Campo, para tomar copas en verano, donde los celíacos madrileños podrán disfrutar de alimentos económicos en un buen ambiente y con unas vistas fabulosas.

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