celicioso-tienda-equipo--644x362Una nueva pastelería madrileña ofrece repostería casera sin gluten en pleno corazón de la capital a partir de un proyecto que nace como resultado de la creatividad de dos jóvenes emprendedores. Se trata de Celicioso, una pastelería que pretende dar un paso más allá en la repostería sin gluten.

Aunque este establecimiento ubicado en la madrileña calle de Hortaleza nació como un negocio preeminentemente repostero, los promotores han añadido algunos productos que se salen de esta tendencia. Así, en el local se puede encontrar un pequeño apartado en el que descansan pan de molde, lasañas de carne o incluso cervezas alemanas y belgas sin gluten.

Cuenta el diario ABC que la calidad de los productos que se venden en este local se debe a Claudia. La pastelería es la gran pasión de esta americana de 23 años que desde pequeña ha vivido sumergida en el mundillo del azúcar. Claudia defiende la repostería americana frente a la española, de la que dice que es poco innovadora.

Viendo el escaparate de Celicioso uno se da cuenta de que el color es algo que abunda en las mesas americanas. «Cupcakes» azules, amarillas o rosas son algunos de los dulces que adornan sus vitrinas. Una vez dentro del local –adornado desviándose de la estética de las tradicionales pastelerías– los mostradores enseñan una amplia variedad de productos.

La tarta de lima es la preferida de Claudia, que reconoce haberle cogido «el punto a esto de cocinar sin trigo». Declara que al principio le costaba trabajar sin gluten porque todo se quedaba seco enseguida, pero ahora no hay postre que se le ponga por delante. De hecho, dada la habilidad repostera de Claudia, Santi, su compañero de aventura, se está planteando abrir nuevas líneas de negocios ofreciendo productos sin azúcar y sin lactosa.

Quien conozca a algún celíaco o padezca esta enfermedad sabe lo caros que son los productos sin gluten. Por eso llama la atención la lista de precios de Celicioso: un «cupcake» cuesta 2,80 euros y una porción de tarta 2,90 euros. Aunque las empresas suministradoras de las harinas les hacen descuentos en función del pedido, siguen siendo un producto caro. «El precio de los dulces es bastante bajo y no obtengo mucho margen, pero quiero seguir vendiendo», afirma Santi consciente de que la crisis merma los bolsillos de todos y los caprichos se relegan a un segundo plano.

Celicioso suministra postres a algunos restaurantes, que sobre todo le solicitan la tarta de queso. Sin embargo, si se prefiere disfrutar de estas exquisiteces en casa, también se pueden hacer pedidos particulares por encargo.

Restaurantes