La empresa valenciana Medicat, que comenzó recientemente a servir comidas en el Hospital Virgen del Camino de Navarra, podría haber incumplido normas básicas de seguridad alimentaria, tales como no controlar adecuadamente los menús para celíacos, según constatan trabajadores del centro sanitario.
Cuentan que el descontrol al atender a pacientes con necesidades específicas como la celiaquía ha supuesto alteraciones en el tratamiento de algunos enfermos. La empresa carece de personal y probablemente no pueda suplir esta falta de recursos, ya que debe ajustarse a un presupuesto recortado.
El arranque de la privatización de las cocinas de este Complejo Hospitalario de Navarra no ha podido ser más polémico. Mediterránea de Cátering, acaba de comenzar a hacerse cargo de las cocinas del Hospital Virgen del Camino, y desde entonces han aflorado muchas críticas por el sabor de las comidas y por los retrasos. Sin embargo, las incidencias que se han ido recogiendo apuntan a algo más grave como el riesgo sanitario para los pacientes de los hospitales.
Cuenta el portal digital Rebelión que la plantilla extremadamente corta de Mediterránea de Cátering (Medicat) ha cometido errores alarmantes. Parece que desde el lunes se han ido registrando incidencias en los servicios de comidas que pueden calificarse como graves y que evidencian que están tan desbordados que no pueden seguir los sistemas de Control de Puntos Críticos (APPCC) mínimos exigibles para dar de comer a enfermos.
Uno de los problemas más evidentes ha sido la incapacidad de llevar la comida a su hora a los hospitalizados. La tardanza genera problemas evidentes en el caso de los diabéticos; y ha habido casos donde la comida y la merienda han llegado casi a las misma hora. Lo más grave, sin embargo, es que los retrasos han obligado a modificar los tratamientos de forma generalizada.
Además, Medicat habría incumplido normas básicas de higiene. En el desayuno del lunes, empleados recogieron alimentos y cajas que se habían caído al suelo y, en el servicio de comidas de ese día, algunos no usaron mascarillas. En otro servicio, trabajadores manipularon los alimentos con ropa de calle, sin usar la vestimenta adecuada.
Además de los retrasos y la falta de higiene, se está generando un gran descontrol para llevar a cada paciente su menú específico. Uno de los errores más llamativos es que se ha servido café a niños.
De otra parte, también han denunciado que no se introdujo en el ordenador la composición de los platos, por lo que las alergias no se pueden controlar.
El problema que parece aflorar tras estas incidencias está en el poco personal que Mediterránea de Cátering (Medicat) está empleando. Aunque la empresa propiedad de un fondo de capital riesgo ha dispuesto unas máquinas flamantes y modernas para distribuirá la comida en «línea de frío», cuenta con muy pocos trabajadores.
Aunque la mayoría de los menús son de dieta denominada «basal», común para todos, buena parte de los menús son muy concretos, porque se adecúan a las necesidades de los pacientes. Es ahí donde Medicat no da abasto. Además de los basales, hay menús que son diferentes por patologías relativamente comunes y conocidas, tales como menús para celíacos, para diabéticos, intolerantes a la lactosa, etc.
A pesar de su tecnología, la empresa está desbordada atendiendo a 400 pacientes, pero cuando asuma también Ubarmin y el Hospital de Navarra, deberá de atender a 800. Medicat no tiene previsto ampliar sus instalaciones.