Maria Piedad, que vive en Vitigudino (Salamanca), fue diagnosticada como celíaca en 2018, lo que le ha provocado algunas complicaciones, como cuando sufrió una baja laboral por una anemia que le impedía incluso levantarse de la cama. El pueblo está a 64 kilómetros de Salamanca capital, el lugar más cercano donde poder comprar productos sin gluten...
En un momento dado, en plena pandemia, se le agotó la comida de la que esta mujer puede alimentarse, por lo que su marido se subió al coche y abandonó el pueblo camino de Salamanca, acompañado de su hijo con discapacidad, al que no podían dejar a solas con la madre en su estado. En ese momento había un cierre perimetral del municipio, y fue entonces cuando dos agentes de la Guardia Civil detuvieron su vehículo y comenzó la locura.
Según ha contado María Piedad al diario 20 Minutos, "yo estaba hablando con mi marido por videollamada cuando le pararon, porque no conoce Salamanca y a veces le indico por donde ir. Además, mi médica me hizo un certificado donde figura que soy celíaca y que mi marido puede viajar a la ciudad para comprarme alimentos. El agente se dirigió a él sin mascarilla y cuando leyó el documento, se rió y dijo que era un papel ridículo, que solo era una excusa para ir a la ciudad y que se lo había inventado".
La situación se tensó cuando la mujer trataba de enseñarle por la videollamada al agente más documentos donde figura que es celíaca, pero el agente no pareció creerse nada de su versión. Con este clima de tensión, "a mi hijo le dio una crisis epiléptica, porque debido a su discapacidad sufre estos ataques cuando se asusta. En ese momento, mi marido salió del coche para atenderle y fue la gota que colmó el vaso. Le dijo que no tenía autorización para levantarse y le multó por incumplir el cierre perimetral", asegura la madre, que presenció los hechos a través de la videollamada.
Tras recibir la multa, el agente -que era el sargento del cuartel de la Guardia Civil de Santa Marta- le envió una patrulla "para que le siguiera desde donde estaban hasta que saliese de Salamanca, para asegurarse de que no parara a comprar, por lo que se volvió a casa sin ningún alimento sin gluten". Así las cosas, "pude comer porque nos hizo el favor un amigo de mi marido que viene a trabajar al pueblo. Es una vergüenza", ha denunciado la mujer.
Estos hechos ocurrieron a principios de marzo, pero la multa con la sanción no les llegó hasta hace apenas unos días, moento en el que María Piedad comenzó a pedir ayuda para denunciar lo que para ella es "a todas luces una injusticia". De esta manera, contactó con la Federación de Asociaciones de Celiacos de España (FACE), quien puso una queja formal ante el Defensor del Pueblo, un organismo que ha respondido defendiendo a los afectados, a través de una misiva en la que detalla que "siempre que las personas indicadas puedan demostrar su condición de enfermos celiacos o la de menores a su cargo, el desplazamiento a los lugares de venta de productos especializados entra dentro de las causas justificadas para la circulación, según el artículo 7 del Real Decreto 463/2020".
Dispuesta a ir a los tribunales si es necesario María Piedad tiene claro que va a hacer todo lo posible por no pagar los 601 euros de multa que le impusieron a su marido. "Tengo ya una cita para ir a la Junta de Castilla y León y hacer un escrito formal para denunciar este atropello", ha explicado, al tiempo que señala que su médica le ha hecho nuevos informes donde justifica la necesidad del desplazamiento de su marido, "porque era muy necesario y yo no tenía porque morir de hambre".
Por otro lado, la afectada ha explicado que ha contactado con un abogado que le ha explicado que "no tengo que pagar esa multa y que iremos a juicio si es necesario, porque padeces la enfermedad", al tiempo que asegura que cuenta con el respaldo de varias asociaciones de celíacos y con el testimonio del amigo de su marido, que le trajo la comida y está dispuesto a declarar.
Para terminar, denuncia que la Guardia Civil de ese cuartel se ha guardado la matrícula del coche de su marido y cada vez que acude a Salamanca "están detrás de él y le siguen" e incluso le llegaron a decir que "los celíacos lo son para que lo que les da la gana y son excusas baratas", a lo que contestó que su mujer había estado cerca de morir por esta enfermedad.
Desde la Guardia Civil se han limitado a explicar que no hacen valoraciones respecto a la denuncia de esta ciudadana.