El cáñamo es conocido, sobre todo por sus usos para hacer aceites, cuerda, papel, pinturas e incluso, ropa. A pesar de provenir de la misma planta que la marihuana, estas semillas pueden clasificadas como frutos secos y pueden consumidas en diferentes formatos, ya sea leche, aceite o sucedáneos de queso en polvo. Si a eso le unimos que no contienen gluten, podemos concluir que se trata de un cereal ideal para ser ingerido por los celíacos.
Dos cucharadas de estas semillas aportan el 32 % de la cantidad de magnesio recomendada, un 15 % de zinc y un 11 % de hierro. En cualquier caso, su estructura nutricional es muy saludable. De acuerdo con el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés), dos cucharadas de semillas de cáñamo contienen 111 calorías, 6,3 gramos de proteína, 9,8 gramos de grasa, y 1,7 granos de hidratos de carbono.
Cuenta el portal Estetic.es, que entre los beneficios que supone el cáñamo en estas cantidades para la salud de nuestro organismo, destaca que aportan grasas saludables; que son una fuente de proteínasal contener los 10 aminoácidos esenciales con predominio de proteínas de origen vegetal al no contener fitatos.
También contiene magnesio, cuyo consumo es muy importante a la hora de metabolizar los alimentos y está implicado también en la transmisión neuromuscular, así como en la actividad y la relajación muscular. Además, una adecuada ingesta de magnesio se asocia con el alivio de los síntomas premenstruales, la hinchazón, el insomnio, la inflamación de las piernas y la sensibilidad mamaria.
Por otra parte, aporta vitaminas A, B , C, D y E; y tienen un alto contenido en los minerales esenciales, como son el calcio, el hierro y el fósforo.
Se pueden utilizar en distintos platos: en barritas de snack, espolvoreadas en ensalada, yogur o arroz, en aceite como aderezo; y en productos horneados.