La pasta de legumbres ha surgido con fuerza como una alternativa sin gluten para las personas con celiaquía, que pueden elaborarla a base de judías, habas, garbanzos, lentejas (rojas y verdes), guisantes, de lino molido, amaranto, quinoa, de arroz integral, kale… pero es que, además, es un buen truco para colar legumbres a todos esos niños reacios a comer un plato de lentejas.
Hasta hace poco, para hacernos con este producto necesitábamos acudir hasta el herbolario o la tienda de comida ecológica más crecana, donde las espirales de lentejas se convirtieron en superventas a pesar de no ser especialmente baratas. Pero su éxito ha sido tal, que los supermercados y marcas no han querido quedarse sin su propio producto de esta linea.
Esta pasta es una gran opción para las personas celíacas, pero también para los amantes de la dieta mediterránea, y ahora las hay en abundancia, porque ya no son patrimonio de ningún fabricante.
El protocolo para su preparación no difiere mucho del habitual con una pasta de trigo, de manera que solo hay que hervirlas en agua el tiempo aconsejado y ya está. Eso sí, aunque su textura corresponde a la de la pasta, su aroma delata lo que no es la pasta habitual, ya que se trata de un producto elaborado al 100 % con harina de legumbres, pero en cuanto se le añade el tomate frito, las verduras o el pesto, ese sabor desaparece.
En el caso concreto de las espirales de lentejas, el contenido en fibra es similar aunque superior en las legumbres, lo que se debe a que la harina de legumbre se hizo a partir de lentejas sin cáscara, por lo que sufrió un proceso de refinado; en este sentido, parte de la fibra y algunas vitaminas y minerales pueden haberse ido con la cascarilla, aunque esta información no se recoge en la mayoría de paquetes de pasta de trigo refinado.
En cualquier caso no hace falta ser intolerante al gluten o niño para tomar esta clase de pasta, que suele presentar menos grasas y azúcares que la tradicional, y cuenta con vitaminas y minerales como el potasio, el calcio, el magnesio o el hierro vegetal.
Y además, los veganos también pueden animarse a cocinar este plato, siempre que sustituyan el queso por tofu o un producto vegano similar al queso.