granjaUna empresa asturiana esta vendiendo helados absolutamente naturales gracias al apoyo de la empresa holandesa Ice Delite, que le ofreció la posibilidad de comercializar hasta 2.500 sabores distintos, la gran mayoría de llos aptos para celíacos. Al ganadero José Manuel Peláez, una llamada de teléfono  le cambió la vida. Al otro lado del aparato, la compañía holandesa con sede en Hoode Mierde, le ofrecía la posibilidad de diversificar su negocio, una explotación ganadera tradicional, que tendría que convertirse en fabricante de helados comprando maquinaria para hacer helados con leche casera totalmente naturales. Así, este emprendedor de 49 años, y su hijo Jonathan, de 26, empezaron la aventura de convertirse en los primeros ganaderos en elaborar helados artesanos con la leche de sus propias vacas. Para ello, sólo necesitaron una máquina que tuvieron que adquirir a la empresa de los Países Bajos que les hizo la propuesta, un libro de cocina y los envases. La multinacional holandesa les animó señalando que el negocio del helado es una oportunidad en Europa.

Este emprendedor ganadero comercializa sus productos en ferias y mercados y atiende todas las peticiones de sus vecinos. «Desde mayo nos bajó un poco la venta, pero no nos podemos quejar», explica. Y no es para menos. Al litro de leche empleado para hacer helado le saca una rentabilidad doble que al litro que distribuye a las lecheras. De 0,33 euros que pagan las últimas por la materia prima, a 0,66 euros.

La inversión para poner en marcha este negocio y diversificar su empresa ha sido de 100.000 euros, con los que ha adecuado las instalaciones, comprado la maquinaria e iniciado la comercialización del novedoso producto, que comercializan con el nombre de Helados de la Granja Alvarín. La misma multinacional que les vendió la máquina garantiza su reparación en un día y les envía los envases de helados, sorbetes y pasteles, y también algún ingrediente. Además, se encarga de asesorar al productor, para el que siempre está disponible. «Si tenemos dudas nos atiende alguien y eso es muy valioso. No te sientes solo», explica Manolo. Y el resto, incluida la ganancia de los productos, queda de la mano del productor.De esta forma fabrican helados naturales sin conservantes ni colorantes y con leche de vaca asturiana. En total comercializan 600 sabores y también productos helados específicos para celiacos y diabéticos, una línea de prodcutos en la que piensan seguir investigando.

Para aprender a hacer el producto, un empleado de la multinacional, acompañado de un intérprete, viajó hasta este pueblo para aleccionar a los nuevos emprendedores en la fabricación de helado con la máquina. Es fácil, comenta Manolo: «Tú mezclas los ingredientes y echas. Cada doce minutos tienes 16 litros de helado». Y eso les da para hacer unas 60 tarrinas de las pequeñas, que comercializa por 2,5 euros. En un día de verano pueden trabajar ocho horas seguidas fabricando y envasando helados. «Tenemos seis meses de margen de tiempo, que es su caducidad», explica Manolo.

Poco a poco, esta familia espera ganar mercado. Su mirada está puesta en el próximo verano, cuando, con un año de experiencia, esperan tener mejor resultado e incluso presentar su producto en restaurantes. Manolo tiene muchas esperanzas en su negocio «Es un helado sin conservantes ni colorantes, como se demanda ahora, y el esfuerzo por hacerlo sin gluten y de que sea apto para celíacos, seguro que nos ayuda a su comercialización», subraya.

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