Flote es un restaurante que destaca en la oferta de la ciudad de Castellón de la mano de Adrián Merenciano, un joven autodidacta que desde hace algo más de tres años y medio ofrece una cocina que descansa en el producto y la tradición, y que eleva a otro nivel gracias a su sensibilidad e intuición.
Flote abrió sus puertas en 2016, en una bonita casa blanca en pleno centro de Castellón, una ciudad cada vez más abierta, pero que, en lo gastronómico todavía está anclada en las tapas y los arroces. Y eso que son una de las despensas más potentes que existe en España.
Todos los meses Adrián cambia el menú, e incluso hace modificaciones dentro del mismo cada día, según lo que encuentra en el mercado. Lo que no cambia es una de sus consignas, que no es otra que en su cocina no entra nada que contenga gluten, ni tampoco hace ninguna elaboración con lactosa.
"Cuando trabajé en una pizzería, venía gente a que le hiciera pizza sin gluten o incluso traían su propia pizza para que se la cociésemos en el horno. Yo les decía que no podía ser, que el gluten contamina todo y he visto a personas ponerse muy mal solo por la contaminación cruzada... acabábamos haciéndoles un huevo frito con patatas y lomo. Ver la cara de un niño que no puede comer pizza mientras sus amigos se comen una pizza... o incluso la de un adulto... la cara de tristeza es la misma. Ahí tomé conciencia de que en mi cocina, el gluten no es una opción", ha explicado el cocinero.
Ahora, en Flote le ocurre todo lo contrario. Los celiacos no se creen que se puedan comer todo el menú sin ninguna preocupación, y tienen pan, de hecho, un pan delicioso, que les trae cada día un horno cercano, aunque está apartado y no entra en la cocina para evitar la contaminación cruzada.
Eso sí, llegar hasta este punto le ha costado lo tuyo, ya que según asegura: "Me he leído todas las etiquetas de todos los productos de España y parte del extranjero".
Cuenta el portal Guía Hedonista que Adrián tiene un pequeño barco en el puerto de Burriana con el que sale a pescar. Siempre que puede se echa a la mar, y si ese día no han picado, revisa lo que ofrecen las lonjas. "Me encantan los pescados azules. Este año hemos pescado mucho, muchas bacoretas, un túnido que me encanta, está al nivel del atún rojo. Cuando hablamos de pescados, casi me da igual el que sea, si me ofrecen algo interesante, se viene para el restaurante. Hoy estoy un poco desilusionado porque me han ofrecido un mero de 30 kilos que no he podido llevarme porque no tenía sitio en las neveras", ha explicado.
Del resto de productos se aprovisiona cerca, y a sabiendas del potencial que encierra la provincia de Castellón, se aprovecha de ello. Estos días los copa la alcachofa de Benicarló y trufa del interior, pero también emplea queso que elabora un productor local en Benasal, un licor de mandarina, el tomate de penjar.