Mercedes vive en el pueblo gomero de Agulo. Al menos una vez por semana debe hacerse los 21 kilómetros que separan su localidad de Hermigua para acudir a un supermercado donde comprar algunos productos sin gluten necesarios para su hijo Carlos, de siete años de edad, al que hace dos le diagnosticaron una severa intolerancia al gluten. Desde entonces, la familia se las ve y se las desea para poder alimentar adecuadamente al niño, hasta el punto de que siempre que pueden viajan hasta Tenerife para aprovisionarse de estos productos, que llegan con cuentagotas hasta La Gomera.
Como ellos, más de 300 personas celíacas de las islas menores de la provincia tienen serios problemas para poder alimentarse correctamente, debido a la escasez de víveres sin gluten que llegan desde la Península. Según ha explicado el portavoz de la Asociación de Celíacos de la provincia de Santa Cruz de Tenerife (ACET), José Luis Iglesias, “el sobrecoste de la doble insularidad, que aumenta por el tema del transporte, y al no existir la competencia que hay en las islas mayores, provoca que los proveedores y distribuidores de alimentos lleven poca cantidad de productos a muchos municipios, con el consiguiente perjuicio para los afectados”.
Por ello, “la mayoría de los celíacos viajan periódicamente a Tenerife para comprar alimentos sin gluten”, subraya Iglesias, quien asegura que El Hierro es la isla más afectada, hasta el punto de que muchas familias con enfermos “pueden pasarse días comiendo lo justo porque no han llegado los productos sin gluten al supermercado más cercano”.
“Ante la falta de ayudas de las administraciones, la poca sensibilidad y el desconocimiento que hay del problema, nosotros estamos ayudando por nuestra cuenta a personas en situación de exclusión social, a través de convenios con algunas entidades bancarias, pero cada vez hay más afectados que están renunciando a comer porque no tienen la posibilidad de acceder a los productos sin gluten”, ha agregado.
Cuenta el Diario de Avisos que la prevalencia de la enfermedad en Canarias ronda el 1 % de la población, pero desde ACET consideran que esa cifra podría duplicarse, porque Sanidad no cuenta con un censo ni un listado oficial. “Como tampoco hay una lista de alimentos sin gluten, aunque al menos actualmente hay mucho más control y ha mejorado el etiquetado”, incide José Luis Iglesias, que pide una “mayor implicación” de la Administración regional en el problema. “Mucha gente piensa que por ser celíaco debe comer alimentos sin gluten y ya está, pero no tienen herramientas ni indicaciones para una correcta alimentación”, concluye.