El mismo científico australiano que en su momento ofreció evidencias de la sensibilidad al gluten en individuos que no padecían la enfermedad celíaca, ha demostrado ahora que su hallazgo fue completamente erróneo. En un nuevo estudio, Peter Gibson, de la Universidad de Monash (Australia) ha comprobado que sus conclusiones anteriores de que las dietas que contienen gluten pueden causar malestar gastrointestinal en las personas sin la enfermedad celíaca, eran erróneas, según informa el diario Business Insider.
Los resultados de su primera investigación fueron reconocidos ampliamente en el 2011, y dieron lugar al fenómeno llamado en su momento sensibilidad al gluten no celíaca.
Para profundizar en la investigación, Gibson organizó otro experimento con la participación de 37 pacientes que se autoidentificaron como sensibles al gluten. Los voluntarios recibían comida de tres tipos: con alto contenido de gluten, con un bajo contenido y sin gluten (placebo), sin saber qué plan de dieta estaban consumiendo. Al final, todas las dietas de tratamiento —incluso la dieta sin gluten— causaron dolor, hinchazón, náuseas y gases en un grado similar.
El científico, previamente había eliminado de los productos consumidos todos los posibles desencadenantes dietéticos para los síntomas gastrointestinales, incluyendo lactosa, ciertos conservantes como los benzoatos, propionato, sulfitos, nitritos, fermentables y los hidratos de carbono de cadenas cortas mal absorbidos.
"A diferencia de nuestro primer estudio, no encontramos absolutamente ninguna respuesta específica al gluten", ha escrito Gibson.
Un tercer estudio, más amplio, publicado recientemente ha confirmado estos resultados, concluyendo que parece que se trata de un efecto nocebo, es decir, que los voluntarios se autodiagnosticaron como sensibles al gluten y estaban esperando sentirse peor en las dietas con gluten, y así pasó. También estaban probablemente más atentos a sus problemas intestinales, ya que tenían que monitorearlos para el estudio.