pastasinglutenLa mayor prevalencia de la celiaquía en los últimos años ha provocado cambios en la industria alimentaria, más preocupada ahora de comercializar productos aptos para estos enfermos en un mundo en el que el gluten tiene presencia en la mayoría de productos procesados.

En este contexto, los nuevos cereales sin gluten, como la quinoa o la espelta han arrinconado al antiguo trigo con un llamativo marketing destinado a cambiar la dieta de celíacos y no celíacos.

Según ha advertido la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), alertada por la percepción de los nutricionistas, los productos sin gluten han sido aupados en una nueva moda alimenticia que prodiga sus beneficios para todas las personas.

Cuenta Ecodiario que los expertos, sin embargo, no aprecian ningún beneficio en suprimir el gluten en la dieta de aquellas personas que no tengan ninguna afección digestiva relacionada con este compuesto. En cambio, la carencia del mismo en personas sanas puede provocar problemas en la presión arterial y en el sistema inmune.

Muchas celebridades alardean en las redes sociales de sus dietas sin gluten. El pan de espelta o la pasta con trigo sarraceno ocupan un nuevo lugar en las despensas con beneficios desconocidos para los tolerantes al gluten y una clara derrama en los monederos.

Si nos fijamos en las pastas, un alimento que goza de un importante consumo en los hogares, el precio de aquellas elaboradas con cereales nuevos puede verse incrementado entre un 30 y un 650 % con respecto a las pastas tradicionales -incluyendo aquí también las integrales-.

El sabor, además, no supera al de las pastas con gluten. Según la prueba de cata que realiza la OCU, las pastas sin gluten tienen una textura más gomosa debido a que les son añadidos más estabilizantes y emulsionantes.

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