Muchas personas desconocen que los preservativos clásicos están compuestos de caseína, una proteína derivada de la leche que hace que el látex sea más elástico. Se trata de una característica que junto a otros detalles como que están fabricados sin gluten, por lo que son aptos para celíacos -y también para veganos- no impide que tengan las mismas propiedades que un preservativo clásico en lo que se refiere a seguridad.

Se trata de un producto que cuenta con el sello CE, lo que que significa que cumple con los estándares de calidad exigidos en la Unión Europea. La única diferencia es que las materias primas con las que están hechos no contienen gluten y no son de origen animal.

En esta linea, la marca alemana Fair Squared produce sus preservativos con un caucho natural que se obtiene de una plantación de comercio justo, ubicada en la región de Tamil Nadu (India). Más tarde, el material se transforma en Alemania, donde la política de responsabilidad medioambiental de la empresa incluye destinar una parte de las beneficios que obtienen a la replantantación de árboles.

Otra ventaja, es que este tipo de condones son biodegradables. "Muchos de los componentes que se utilizan en los preservativos clásicos son para que volver más suave y elástico el látex, pero los fabricantes no están obligados a especificarlos. Lo mismo que sucede con los pañales y las compresas", ha explicado Gabriella Lods, fabricante del preservativo ecológico Green Condon Club.

En Estados Unidos tienen el certificado American Vegetarian Association (AVA) que garantiza que el producto no contiene caseína en su proceso de fabricación.

La marca española Confortex también fabrica condones fiables, aunque ni se han testado con animales ni sus materiales provienen de derivados que no sean naturales.

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