El Hard Seltzer, un refresco sin gluten que arrasa entre los millenials de Estados Unidos, acaba de llegar a nuestro país. Se trata de una especie de agua con gas, que podría definirse como un refresco de sabores con un poco de alcohol, algo así como vodka con soda, aunque con mucho menos alcohol. El producto es algo parecido al agua con gas de sabores que se vendía en las farmacias y tiendas de EEUU en los años 80 en envases individuales.

Sin embargo, el nacimiento de esta nueva versión algo más fuerte se sitúa en una cervecera de EEUU que lo comercializó por primera vez en 2013 bajo el nombre de Spiked Seltzer, y cuyas ventas crecían en cifras normales hasta que en 2019 su consumo explotó con una progresión de ventas en cifras de tres dígitos, que llegó a más del 250 %.

Como ocurre con las principales tendencias en esta generación, el origen de la popularización del producto está en las redes sociales, y más en concreto tras la viralización de un vídeo del conocido youtuber Trevor Wallace, en el que parodiaba a White Claw, una marca con el 60 % de cuota de mercado que popularizó la frase "No hay leyes cuando bebes Claws", y que hizo que algunas policías de distintos condados de EEUU lanzaran comunicados desmintiéndo el lema.

Cuenta el diario El Mundo que enseguida los millenials adoptaron esta bebida como algo generacional, ya que es barata -poco más de un dólar por lata-, tiene pocas calorías -menos de 100 por lata-, y tiene más o menos el mismo alcohol que una cerveza, además de que no contiene gluten y es consumida por igual por mujeres y hombres.

La elaboración de esta bebida es similar a la de la cerveza, ya que está basada en un azúcar fermentable como la fructosa que se cuece en agua a la que se le inocula una levadura para que genere alcohol y posteriormente la carbonate, antes de ser envasada. El sabor se le puede dar con extractos naturales o directamente usando fruta en el primer de los pasos.

Comprobado el parecido con el proceso cervecero, las grandes cerveceras americanas se apuntaron a su fabricación, hasta el punto de que únicamente una de las 10 marcas más vendidas en EEUU no está relacionada con cerveceras, aunque es la más vendida: White Claw.

En España son también las compañías cerveceras las que están fabricando esta bebida, aunque son principalmente las artesanas, uno de cuyos puntos fuertes es su flexibilidad a la hora de adaptarse al mercado y crear nuevos productos.

La duda es si esta bebida terminará conquistando el paladar español o será solo un remedo del éxito en EEUU. Por el momento, las marcas tienen ante si la difícil tarea de darse a conocer y gustar a un público que no consume ni vino ni cerveza, pero quiere tomar algo con alcohol en sus momentos de ocio sin llegar a la copa. Y la otra duda es si las cerveceras industriales españolas entrarán en el negocio, tal y como han hecho las norteamericanas. 

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