Anaquiño pasa por ser la única cafetería de Vigo que solo oferta productos sin gluten. Paula Fernández Gallego abrió el negocio motivada por su situación personal, ya que ella misma es celíaca y se encontraba con muchas dificultades para desayunar o comer fuera de casa, así que, después de pensar en el proyecto decidió abrir este local en el que se puede encontrar una amplia oferta culinaria, eso sí, totalmente sin gluten.

 

La propietaria explica que apostó primero por eliminar la contaminación cruzada, curándose en salud y es mejor prevenir; luego porque en la mayoría de los platos no se note la diferencia de sabor y, por último, luchando por contrarestar aquello de que el resto de gente puede comer en cualquier sitio, mientras los celíacos no.

Así las cosas, con este proyecto, Paula pretende que las personas celíacas tengan un lugar en la ciudad al que puedan ir para comer o desayunar sin tener que preocuparse por si va a haber alimentos adaptados a sus necesidades o si estos van a sufrir contaminación cruzada.

El establecimiento se promociona como un local especializado en desayunos y meriendas, aunque también ofrece opciones para comidas y cenas. Las opciones de pastelería en Anaquiño son infinitas, lo cual resulta insólito tratándose de alimentos sin gluten: gofres, galletas, brownie, cheesecake, carrot cake, selva negra, tarta de la abuela, bizcocho,... Además, también oferta opciones de panadería como empanadas y empanadillas, pizzas, quiché, pionono, y... ¡pan!.

Todos los días Paula hornea por la mañana pan para vender al mediodía, ya que no trabajan de noche, y recomienda reservar ya que no cuenta con un horno industrial, por lo que no puede producir en grandes cantidades.

También es importante reservar cuando se quiere una tarta o un producto en particular, de esta forma aseguras su disponibilidad. Aunque Paula destaca que dentro de la carta hay productos como los bocadillos o las hamburguesas que los tienen siempre.

Paula es la única persona que se encarga de preparar todos los dulces, los platos y el pan que se oferta en el restaurante, todo preparado allí para garantizar la ausencia de gluten. Se muestra alegre y optimista con el proyecto que, comenta, ha tenido muy buena acogida en la ciudad. "No me puedo quejar, la verdad es que para llevar menos de un año me va muy bien", ha dicho ilusionada la propietaria.

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