Holbox es una isla mexicana paradisíaca ubicada en pleno mar del Caribe, pero también es el nombre de un nuevo restaurante valenciano que no pasa desapercibido y que ha apostado por ifrecer menús sin gluten para atraer a los clientes celíacos.
Este nuevo establecimiento abrió sus puertas el 10 de marzo, y días después, tuvo que cerrar a causa del confinamiento decretado por el Estado de Alrama. Levantar la persiana de un nuevo proyecto y a los dos días bajarla sin saber cuándo volverá a arrancar es lo que le ocurrió a Marc y su equipo; pero ahora reabren sus puertas para ofrecer a los valencianos un restaurante para comer de formasaludable.
Marc, cambió su carrera de audiovisuales por los fogones y el delantal, y a los 25 años se propuso estudiar cocina, pasando después por cocinas como la de Ricard Camarena o Apicius, aunque siempre tuvo claro que culminaría su aprendizaje abriendo su propia propuesta gastronómica. Lleva años basándose en una alimentación muy nutritiva, con un gran porcentaje de verduras y frutas, algo de carne y pescado muy de vez en cuando, y producto de temporada y de kilómetro cero.
En principio pretendían abrir de 8 de la mañana a 8 de la tarde, pero con la crisis nadie se atreve a fijar un horario definitivo, así que por ahora se puede desayunar, hacer un buen brunch, comer, merendar y cenar.
La carta con la que ha abierto no es la definitiva, sino una reducida temporal. Si vas a la hora del desayuno, tienes lattes de muchos colores, amarillo, chai, azul y rojo (de remolacha), que puedes acompañar con cualquiera de sus dulces veganos como el plumcake de plátano y pera, la tarta tatin de fruta de temporada, bolitas de proteína (es decir, un pseudobombón hecho con dátiles, frutos secos y coco) o sino el que me pediré la próxima vez que vuelva, sus pancakes veganos con nocilla casera, mermelada de chía con kiwi y frutos secos. Todos los dulces son sin gluten, sin azúcar refinada sustituida por azúcar de coco y son veganos, pero son de los top mejores veganos de la ciudad, porque están esponjosos, sabrosos y no empalagan.
A la hora del brunch hay dos opciones, el super brunch y el mini brunch. El grande consiste en un zumo o kombucha, yogur de soja y coco con granola casera y bizcocho (babas), tostada y tarta; mientras que el pequeño prescinde del trozo de tarta y del yogur. Y todo ello con pan de masa madre casero (con o sin gluten), base de guacamole, espinacas, revuelto de tofu, cebolla encurtida, pasas, tomates cherry confitados y tapenade.
La opción vegetariana se consigue sustituyendo el revuelto de tofu por uno de huevo y quitando la cebolla; pero también se puede tomar un plato combinado eligiendo una proteína entre 6, que son el pollo, el tofu asado marinado en soja y el atún con ponzu, a lo que se añade una gran variedad de ensaladas, entre las que puedes elegir, por ahora, la thai, la de lentejas salteadas con remolacha, col lombarda, cacahuete, setas o la de cous cous de coliflor con verduras, que además sería apta para una dieta Keto.
El tercer plato sería la guarnición, que permite elegir entre las “healthy bravas” cocidas y asadas, ensalada japonesa, coliflor azada con salsa de yogur, tahini, granada y hierbas frescas o la lombras cocinada a fuego lento con crema de cacahuete.
Además, se puede optar por encargar sándwiches que puedes pedir a cualquier hora del día. Por ejemplo, el Green Goddess hecho con guacamole, pepino, espinacas, pesto vegano y con o sin mozzarella.
Por último, este establecimiento ofrece una riquísimas tartas, como la de brownie crudivegano de cacao crudo, la mini tarta crudivegana de arándanos, la de manzana o la de zanahoria.
Todoe sto en un local grande, con una decoración minimalista instpirada entre la isla de Holbox mexicana y sus colores, con sofás azules, sillas rosas, cemento, vigas, metal y bananeros.