musgraveLa Universidad Miguel Hernández (UMH) prestará su logotipo para certificar la calidad de unos 900 productos de las marcas blancas de Musgrave España, la empresa que -desde su sede en Elche- aglutina los supermercados Dialprix, Dicost, Super Valu y Cash & Carry Dialsur. El proyecto nació en noviembre, cuando empresa y universidad firman un convenio por tres meses de prueba, con base en el cual un grupo de 29 profesores del Departamento de Tecnología Agroalimentaria está volcado en comprobar los estándares de calidad de casi un millar de referencias servidas por casi 90 proveedores, entre las que buena parte de ellas son alimentos sin gluten, aptos para celíacos.

La tarea del personal de la Universidad, que trabaja desde la Escuela Politécnica Superior de Orihuela (EPSO), es "asegurar y garantizar la calidad de los productos de las marcas blancas de la compañía, pero también auditar el funcionamiento de los proveedores", explica el investigador principal, Ángel Carbonell.

Para controlar si las empresas que sirven productos a Musgrave España funcionan correctamente, el profesor asociado Juan Miguel Valverde realiza auditorías virtuales y presenciales. Para las primeras solicita documentos como el registro sanitario, las inspecciones de Sanidad, información sobre el control de calidad en la propia empresa, certificados de normas ISO, planes de limpieza, procesos de fabricación para detectar puntos críticos que pudieran producir una contaminación del producto... Con toda esta información, contrastada con la legalidad vigente o con los acuerdos entre Musgrave España y el proveedor, realiza un informe. 

La segunda parte es quizás más laboriosa y comienza en el propio supermercado. Valverde "compra" cinco productos de cada referencia, revisa el envase, el etiquetado, las propiedades organolépicas (olor o sabor), descarta problemas microbiológicos... No pide que el proveedor le envíe los productos ni los toma del almacén de Musgrave, porque por el camino hasta la tienda aún puede, por ejemplo, romperse la cadena del frío: "Lo que nos interesa es evaluar el producto tal y como lo adquiriría el consumidor", explica Pedro Zapata, del Grupo de Posrecolección. Por eso se analiza "de forma aleatoria", añade Valverde. 

Estos análisis van desde comprobar "si la lata lleva doce mejillones y no diez" hasta que la letra del etiquetado sea legible, que no haya erratas o incluso que el paquete pese lo que se promete en el envase.

Entre los productos que cumplen la legislación aún hay varios escalones de calidad, y eso es lo que la UMH va a diferenciar con su marca: "No sólo certificamos el cumplimiento de la normativa, sino que hacemos recomendaciones para mejorar la calidad y aumentar la seguridad del consumidor", según Valverde.

Así, la marca espera ir ganando en prestigio. Y es que "en el futuro va a ser clave que el consumidor diferencie entre las marcas propias de distintos supermercados".

Musgrave España (filial de un grupo irlandés) trabajaba con laboratorios externos en control de calidad hasta que decidió colaborar con la EPSO y añadir a sus productos el prestigio que le da el aval de la Universidad.

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