La Unión de Militares de Tropa ha denuncia con absoluta contundencia la situación intolerable que se está viviendo en el Hospital Militar Gómez-Ulla, donde se exhibe un cartel anunciando "menús celíacos" pero, en la práctica, no se ofrece absolutamente ningún plato seguro para quienes padecen celiaquía.
Se trata de un centro sanitario sostenido con fondos públicos, que atiende tanto a personal militar como a civiles, y que debería ser un referente de cumplimiento normativo, no un ejemplo de abandono.
Desde esta asociación denuncian que el hecho de que se reconozca abiertamente que no se sirven alimentos sin gluten porque no pueden garantizar la ausencia de contaminación cruzada, demuestra una dejación de funciones clamorosa, e insisten en que "no solo se falta a la transparencia, sino que se pone directamente en riesgo la salud de quienes dependen de una dieta estricta para evitar daños físicos".
Según defienden, resulta todavía más insultante que la única alternativa en la cafetería sean bolsas de patatas fritas industriales y que no exista ni un solo producto envasado certificado.
La situación descrita en el Hospital Gómez-Ulla no puede considerarse un hecho aislado ni una mera falta de coordinación, sino la evidencia de una deficiencia estructural que debe abordarse sin demora.
Un hospital público no puede proyectar una imagen de referencia mientras omite garantizar algo tan elemental como la seguridad alimentaria de pacientes con una patología crónica.
Por todo esto, resulta exigible que se adopten medidas inmediatas para ofrecer alternativas reales y seguras, conforme a la normativa sanitaria vigente; de lo contrario, se estará aceptando tácitamente que la salud de determinados usuarios es secundaria, una circunstancia inadmisible en una institución sostenida con recursos.