Acaba de abrir sus puertas en Barcelona la panadería Forn de Pa Altarriba, colocando de esta manera el popular barrio de Les Corts en el mapa de la celiaquía de la capital catalana. "Hay otros establecimientos en la ciudad que venden algunos productos sin gluten, pero no nos consta ninguna otra panadería que solo tenga productos aptos para celiacos", ha explicado Laura Herrero, de la Asociación de Celíacos de Cataluña.
"Estos establecimientos son importantes porque hacen más fácil su día a día. En los últimos cinco años han proliferado, y con este aumento de la oferta los precios se han equilibrado", ha añadido Herrero, quien recuerda y agradece la reciente colaboración de Forn de Pa Altarriba en un taller para 100 niños celiacos.
Cuenta el diario El Periódico de Cataluña que desde su apertura, este horno autodefinido como 0 % gluten, ha conseguido romper algunos esquemas y prejuicios. Y es que la elaboración artesanal y la calidad de las materias primeras empleadas trasciende la intolerancia a la proteína presente en el trigo, el centeno, la cebada y la avena.
"Queremos normalizar la dieta de los celiacos porque no son enfermos, y cada vez hay más hogares que han decidido comprar todo sin gluten porque hay una persona en la familia que es intolerante", ha explicado el co-propietario del horno, Francesc Altarriba, quien ha modernizado la tradición panadera.
El primer horno de la familia Altarriba en Barcelona (el resto están en Manlleu y Torelló, en la comarca de Osona) acoge talleres donde su clientela aprende a hacer el pan en casa. "Aunque la masa con estos preparados de harina es algo más líquida, hacer pan es sencillo", ha asegurado, Cristina Súller, vecina de Sants-Montjuïc, que ha realizado el taller. En su casa nadie es intolerante al gluten, pero disfrutan las galletas y los bizcochos que salen del obrador.
«Son espectaculares y sabrosos, y lo mejor es que acabo menos hinchado", cuenta. "Al enseñar a hacer pan no perdemos clientela. Es importante que vean cómo trabajamos", puntualiza la tallerista y copropietaria del horno, Isabel Trullenque.