El desayuno es considerado como una de las comidas más importantes del día y es, por lo que elegir opciones sin gluten para este momento resulta complicado. Ahora, el grupo de investigación CEU-NutriFod d e Alimentación y Nutrición ha publicado en la revista Nutrients un estudio que evalúa los ingredientes y la composición nutricional de productos de desayuno con y sin gluten, y ha evaluado la calidad nutricional del desayuno de 70 niños celíacos.
Según el Informe Anual de Consumo Alimentario 2024, en España, el 75,5 % de los desayunos se centran en alimentos dulces. Además, el estudio señala que casi ningún participante salía de casa sin desayunar e incluían cereales, lácteos y frutas, y las recomendaciones de alimentación en este grupo de población es la misma que en el resto, aunque con una salvedad, y es que las personas con enfermedad celíaca presentan mayor riesgo de deficiencia en vitamina D, calcio, magnesio, hierro y ácido fólico.
Según ha explicado María Purificación González, profesora del Área de Nutrición y Bromatología de la Facultad de Farmacia, del CEU San Pablo, y miembro del grupo Nutrifood, la composición de la gran mayoría de los alimentos destinados a las personas con enfermedad celiaca son productos procesados producidos por la industria, que “son ricos en azúcares, grasa total, grasas saturadas y sal para suplir esa falta de gluten tanto a nivel tecnológico como sensorial”.
Estos productos contribuyen a una adecuada ingesta de hidratos de carbono y fibra, cuyo contenido se ha aumentado en estos productos “para compensar la falta de gluten y hacer que el alimento tenga las características sensoriales adecuadas. No es recomendable que las personas con enfermedad celíaca, sobre todo niños y adolescentes, consuman muchos alimentos procesados sin gluten”, ha explicado González.
El desayuno debe contribuir al 20-25 % de la ingesta total de energía diaria, teniendo en cuenta que es el momento en el que más se concentran este tipo de productos procesados sin gluten. De hecho, según las investigadoras, la mayoría de los carbohidratos que niños y adolescentes celíacos consumen en el desayuno proviene de estos alimentos sin gluten procesados y de alimentos del grupo de azúcares, dulces y confitería, en detrimento de los productos de grano.
Un desayuno equilibrado debe incluir cereales, lácteos y frutas y esa es la tónica en nuestro país, pero también se pueden incluir más opciones, como frutos secos, semillas, u otro tipo de proteínas más allá del queso o el yogur.
Lo ideal, según el estudio, es que se aumente el consumo de harinas sin gluten, que provengan, además del maíz o del arroz, de pseudocereales, como el trigo sarraceno, la quinoa, el amaranto, el teff o harinas de leguminosas o de frutos secos. En este contexto, la mejor opción sería hacer en casa estos productos, aunque según González, puede ser “difícil elaborar un producto apetitosos con estos ingredientes. Así que si hay que elegir alimentos procesados es conveniente mirar el etiquetado para asegurar que contienen estas harinas”.
Los expertos aseguran que si no sabemos qué desayunar y queremos huir de las clásicas tostadas, algunas ideas pasan por comer bien, variado, y de forma equilibrada, incluyendo batidos con cereales, semillas y frutas. De esta manbera, recomiendan tortitas o crepes sin gluten acompañadas de fruta y cremas de frutos secos; aguacate, compuesto de lípidos saludables; pan sin gluten elaborado a partir de otros cereales; aceite de oliva virgen extra, una grasa representativa de la dieta mediterránea que induce saciedad y palatabilidad; y salmón ahumado, que es una excelente opción, aunque no conviene abusar por su alto contenido en sal.
En este sentido, González ha recordado que hay estudios que señalan que en los niños y adolescentes que no pueden consumir gluten se produce un ligero aumento de peso, que parece obedecer a un alto contenido en grasa de los productos procesados sin gluten que pueden consumir. Por ese motivo es muy importante fomentar cambios en los estilos de vida para que, además de la alimentación, se cuide la actividad física y se abandone el sedentarismo.

