Algunas estadísticas revelan el creciente interés que está suscitando en la población la dieta pegana, cuyas búsquedas se han incrementado en un 337 % en Pinterest.

Creada por el doctor Mark Hyman, esta dieta hace hincapié en la importancia de los alimentos frescos de origen vegetal -algo que toma del veganismo- pero adoptando proteínas y grasas saludables de origen animal.

Hyman, autor del libro “Food: What the Heck Should I Eat?”, apuesta por volver a comer alimentos más simples y naturales, rechazando los procesados y optando por alternativas frescas y una dieta basada en plantas y carnes de alta calidad. Pese a que en principio la dieta paleo -que debe su nombre a la forma de alimentarse de los hombres de las cavernas- podría resultar una mala compañera de cama del veganismo, la dieta pegana opta por combinar lo que considera óptimo de ambas alternativas.

Los seguidores de la Pegan Diet evitan los productos lácteos, los granos y las legumbres, mientras que las frutas y las verduras representan alrededor del 75% de la ingesta diaria. Las grasas saludables de frutos y secos y semillas son bienvenidas, mientras que a diferencia del veganismo, los huevos, el pescado graso y la carne están permitidos, pero los defensores de la dieta insisten en que todos los productos deben ser sostenibles, recomendando comer únicamente la carne que provenga de animales alimentados con pasto.

El 25 % de esta dieta procedería de la proteína animal. Dominika Piasecka, portavoz de la Vegan Society, ha destacado lo positivo de ver a más personas probando comida vegana a través de la dieta Pegan, añadiendo que espera que esta pueda ser una transición hacia el veganismo, pero recordando que esta última no es una moda, sino una “convicción moral de que es incorrecto usar y matar animales, y una opción de estilo de vida impulsada por la compasión que afecta a todas las áreas de la vida”.

Numerosos expertos han subrayado el peligro de las dietas bajas en carbohidratos o de bajo índice glucémico –como la paleo o la popular dieta keto, así como otras como la Atkins, la Dukan o la Whole 30-, que pueden mermar la esperanza de vida y se relacionan con un mayor riesgo de muerte y enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y cáncer.

No obstante, adoptar la filosofía de reducir el consumo de carne y pescado y abogar por una dieta basada en alimentos vegetales de proximidad es bueno para tu organismo y también para el planeta.

Entre las directrices para adoptar la dieta Pegan según el propio Mark Hyman, destacan decir adiós al azúcar, ya que se trata de una dieta baja en cualquier alimento que cause un aumento en nuestra producción de insulina: azúcar, harina y carbohidratos refinados. Además, tiene las verduras como base, hasta el punto de que más de la mitad de cada plato debe cubrirse con verduras.

Por otra parte, esta dieta defiende que cuanto más profundo sea el color, mejor; y cuanta más variedad, más saludable; mientras que los más apegados a la paleodieta recomiendan frutas con bajo contenido en azúcar. Por otra parte esta dieta intenta alejarse lo más posible de los pesticidas, antibióticos, hormonas y alimentos transgénicos, hasta el punto de que no contempla productos químicos, aditivos, conservantes, colorantes, edulcorantes artificiales u otros ingredientes basura.

Debe destacar la presencia de ácidos grasos Omega-3 y otros componentes presentes en frutos secos, semillas, aceite de oliva y aguacates son admitidos, así como las grasas de pescado, huevos y carne alimentada con pasto o criada de forma sostenible; y al tiempo se debe evitar o limitar los productos lácteos, a excepción del yogur ocasional, el kéfir, la mantequilla de animales alimentados con pasto o queso de cabra o de oveja, siempre que sean orgánicos.

Esta dieta procura concebir los productos animales como condimentos y no platos principales, hasta el punto que las verduras deben ocupar un lugar central, y la carne debe ser el plato de acompañamiento, con porciones pequeñas.

Por último, esta dieta recomienda encarcidamente evitar el gluten y comer cereales integrales sin gluten con moderación, lo que permitirá la ingesta granos de bajo índice glucémico como arroz negro, quinoa, teff, trigo sarraceno o amaranto. Las legumbres deben consumirse solamente de forma ocasional.

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