Un perro celíaco es algo poco común y tiene un componente genético, por lo que si sabemos que los padres tienen este problema puede que nuestro perro también lo tenga, aunque no siempre sabemos qué patologías tenían los padres de nuestros perros, lo que nos hace más difícil identificar el problema.

Los perros celíacos pueden tener determinados síntomas que son muy generales y que por ello pueden confundirse con muchas otras enfermedades o problemas. Tendrá, por ejemplo, un pelo con poco brillo o que incluso llega a caerse si el problema se prolonga en el tiempo, ya que no ingiere los nutrientes que necesita, o pueden llegar a tener dolores estomacales, diarrea y vómitos, por lo que acabará teniendo pérdida de peso y apatía por la debilidad.

Cuenta el portal Mundo Perro que estos síntomas pueden revelar muchos otro problemas, desde una gastritis a un virus, por lo que en muchas ocasiones la forma de llegar a la conclusión de que es un perro celíaco es descartando otras enfermedades más comunes. Con todo, es fundamental en este problema detectarlo a tiempo.

El perro celíaco no absorbe bien los nutrientes porque el gluten daña las vellosidades estomacales y hace que no se filtren los nutrientes de los alimentos; es por eso que el perro puede llegar a perder peso y acabar cansado y con poca energía y es necesario saber si tiene esta intolerancia u otro problema porque a la larga acabará teniendo un gran problema de desnutrición que le traerá otros problemas de salud.

Otros síntomas que se pueden presentar en el perro celíaco es el picor en el ano. Quizás, el perro se lamerá y se rascará contra el suelo para aliviar esa sequedad y el picor en esta zona. Se trata de una actividad que suelen hacer si tienen lombrices, de ahí que todo se pueda llegar a confundir y sea necesaria la intervención de un profesional. Estos perros también pueden tener las fosas nasales inflamadas y tener problemas respiratorios.

Es importante llevar al perro a un veterinario si vemos estos síntomas, porque cuanto más tardemos en iniciar un tratamiento más débil estará el perro por la falta de nutrientes. En el veterinario se descartarán los virus estomacales o los problemas como la gastritis. Además, una vez le hayamos descrito los síntomas lo habitual es que el veterinario haga unos análisis de sangre, heces y orina para determinar cuál es el problema.

En general, cuando hay problemas estomacales, los veterinarios recomiendan una dieta específica para que el perro se recupere. Si sospechan que pueda ser celíaco, nos recetará una dieta específica sin gluten durante al menos un mes para que veamos la evolución del animal. Es habitual que le estemos dando piensos preparados al perro, ya que suele ser la forma más sencilla de alimentarlos.

Por otro lado, si le damos alimentos naturales al perro, debemos evitar algunos que les pueden hacer mucho daño. Son muchos los alimentos que pueden llegar a contener gluten, por lo que en principio lo más recomendable es comprar piensos formulados para perros con este problema.

Con la alimentación natural hay que tener más cuidado, ya que el gluten está en muchos alimentos. Para hacer algún alimento para los perros siempre se puede acudir a las secciones de los supermercados en donde se venden alimentos sin gluten, en los cuales está indicada esta cualidad. Hoy en día esta es una enfermedad común en muchas personas, por lo que muchos alimentos ya indican si tienen o no gluten. De esta forma tenemos más fácil el evitarlos y elaborar una dieta adecuada para nuestro perro.

Hay algunas razas que pueden desarrollar con más facilidad esta enfermedad porque tienen predisposición genética. En cada raza hay algunas enfermedades que se han pasado de generación en generación y por eso los perros son más propensos. Antes de tener una raza podemos buscar las enfermedades más comunes para estar atentos antes posibles síntomas, lo que no quiere decir que no puedan tener otras enfermedades, solo que tienen más probabilidad de sufrir algunas. En este caso los perros que suelen ser celíacos son el Setter irlandés y el Samoyedo. Si tenemos alguna de estas dos razas debemos estar atentos ante problemas estomacales y en la piel.

Ante los síntomas descritos hay que acudir al veterinario y describirle con detalle todos los síntomas que el perro padece. Alimentar a un perro desnutrido es algo delicado, porque su estómago todavía asimilará con dificultad los alimentos. Una buena recomendación consiste en alimentar al perro en pequeñas tomas durante el día, evitando los atracos de comida, ya que para su estómago será mucho más difícil digerir grandes cantidades de comida. Así el perro recuperará poco a poco su peso y con la nueva alimentación se evitará que los nutrientes se desechen como sí pasaba al tener intolerancia al gluten.

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